Chiringuitos Financieros ¿Sus víctimas?
Paradójicamente, sus víctimas suelen ser gente corriente que pensó que algo así jamás les
ocurriría a ellos. Por eso no existe un tipo concreto de víctima. Saben que el dinero de
todos vale igual y esa circunstancia es la única que realmente les interesa. Algunas veces
se dirigen deliberadamente a familias de clase media que atraviesan un bache económico.
Les dicen que con una pequeña inversión pueden hacerse ricos si aprenden y emplean las
estrategias adecuadas. ¡Naturalmente, ellos conocen tales técnicas y son quienes van a
enseñarlas!
Desgraciadamente muchas víctimas, sin distinción del nivel de formación o aversión al
riesgo, entregan los ahorros acumulados durante años de trabajo tras poco más de 15
minutos de conversación telefónica. ¡Menos tiempo del que se dedican a considerar la
compra de un aparato doméstico!
De todas formas, a pesar de que los casos son diferentes unos de otros, todas las víctimas
tienen algún elemento común: ante las promesas de ganancias fáciles se muestran
dispuestas a creer lo que desean creer y a confiar su dinero a quien no conocen. Su ansia
de beneficios puede más que su prudencia.
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